Medicina IntegrativaLa medicina Integrativa es la práctica integrada de medicinas complementarias, medicinas ancestrales y gran parte de los avances científicos y tecnológicos de la ciencia médica convencional, en una visión global e integradora de la salud humana, utilizando un nuevo paradigma en salud, orientado a la prevención y curación, promoviendo y reestableciendo el equilibrio saludable en el organismo, mediante mecanismos fisiológicos propios, teniendo en cuenta al individuo como un todo, incluyendo los aspectos físicos, emocionales, espirituales, y el estilo de vida, a través de todo el ciclo vital, haciendo hincapié en la relación entre el profesional y el consultante.
El término “Medicina Integrativa” según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, es la “práctica clínica conjunta entre la medicina convencional y las medicinas complementarias. Evidencia una amplia validación en el mundo y ha sido adoptado por los profesionales de la salud que practican terapias complementarias como complemento a su práctica clínica convencional” |
Contextualización
A nivel internacional existe un importante desarrollo, especialmente en EEUU, donde el instituto nacional de Salud (NIH) creó el National Center for Complementary and Alternative Medicine (NCCAM), encargado de dirigir y apoyar la investigación e implementación de las prácticas de medicina Complementaria. Muchos hospitales de EEUU incluyen, además de sus policlínicos del Dolor y Cuidados paliativos, unidades de medicina Integrativa con Acupuntura, Ejercicios de relajación y Musicoterapia por ejemplo.
En nuestro país, el año 2005, el estado de Chile, a través del ministerio de Salud, reconoció algunas prácticas no convencionales y planteó su incorporación al sistema de salud a través del decreto N° 42. Dicha norma reglamenta el ejercicio de las prácticas de Medicina Complementaria como “profesiones Auxiliares” de la Salud y establece las condiciones de los recintos donde éstas se realizan.
De acuerdo a la OMS respecto de los sistemas de salud oficiales y su relación con la Medicina Complementaria, el sistema de salud chileno es un “sistema tolerante”, lo cual significa que “se encuentra basado enteramente en la medicina Alopática, pero tolera por ley algunas prácticas de medicina Complementaria”. El objetivo del ministerio de Salud debe ser llegar a un sistema “integrado”, es decir, en el cual las medicina Complementarias están oficialmente reconocidas e incorporadas a todas las áreas de provisión sanitarias.
En el año 2010 se realizó en Chile el Censo Encuesta nacional de medicinas Alternativas (1), y en el año 2012 se desarrolló la investigación “Uso de las medicinas Complementarias en la red asistencial del sistema nacional de servicios de salud”, solicitada por el MINSAL al centro de estudios para la calidad de vida (CECV) (2).La investigación mostró que la medicina Complementaria que se practica con mayor relevancia es la terapia Floral y luego la Acupuntura, se evidenció también que los problema de Salud más frecuentemente atendidos son aquellos asociados a salud mental (48,4%), alivio del dolor (16,9 %), osteoarticulares y osteomusculares (10,7%), enfermedades crónicas (7,6%) y adicciones (6,7%)
En conclusión, desde el 2008 Se practica formalmente en Chile la Medicina Complementaria (hoy se denomina Integrativa), en el nivel secundario, en varios hospitales y clínicas privadas, y en Atención Primaria de Salud, y aunque ha habido un cambio de paradigma, que se ha ido incorporando en el inconsciente colectivo de los usuarios, respecto del tipo de salud al que pueden acceder, aún no forma parte de las políticas de salud (pues se ha reglamentado, pero no se ha incorporado formalmente a los prestadores de salud).
La Medicina Complementaria es muy bien aceptada por parte de la comunidad, por quienes trabajan en los establecimientos de la red asistencial, promovidas en algunos casos, toleradas en otros, y sin resistencia por parte de quienes eventualmente no las aceptan. Por todo esto existe consenso respecto de la necesidad de institucionalizar e integrarla en el actual sistema de salud y sistematizar la práctica de esta medicina integradora, para que la población general pueda acceder y se beneficie de ella.
En nuestro país, el año 2005, el estado de Chile, a través del ministerio de Salud, reconoció algunas prácticas no convencionales y planteó su incorporación al sistema de salud a través del decreto N° 42. Dicha norma reglamenta el ejercicio de las prácticas de Medicina Complementaria como “profesiones Auxiliares” de la Salud y establece las condiciones de los recintos donde éstas se realizan.
De acuerdo a la OMS respecto de los sistemas de salud oficiales y su relación con la Medicina Complementaria, el sistema de salud chileno es un “sistema tolerante”, lo cual significa que “se encuentra basado enteramente en la medicina Alopática, pero tolera por ley algunas prácticas de medicina Complementaria”. El objetivo del ministerio de Salud debe ser llegar a un sistema “integrado”, es decir, en el cual las medicina Complementarias están oficialmente reconocidas e incorporadas a todas las áreas de provisión sanitarias.
En el año 2010 se realizó en Chile el Censo Encuesta nacional de medicinas Alternativas (1), y en el año 2012 se desarrolló la investigación “Uso de las medicinas Complementarias en la red asistencial del sistema nacional de servicios de salud”, solicitada por el MINSAL al centro de estudios para la calidad de vida (CECV) (2).La investigación mostró que la medicina Complementaria que se practica con mayor relevancia es la terapia Floral y luego la Acupuntura, se evidenció también que los problema de Salud más frecuentemente atendidos son aquellos asociados a salud mental (48,4%), alivio del dolor (16,9 %), osteoarticulares y osteomusculares (10,7%), enfermedades crónicas (7,6%) y adicciones (6,7%)
En conclusión, desde el 2008 Se practica formalmente en Chile la Medicina Complementaria (hoy se denomina Integrativa), en el nivel secundario, en varios hospitales y clínicas privadas, y en Atención Primaria de Salud, y aunque ha habido un cambio de paradigma, que se ha ido incorporando en el inconsciente colectivo de los usuarios, respecto del tipo de salud al que pueden acceder, aún no forma parte de las políticas de salud (pues se ha reglamentado, pero no se ha incorporado formalmente a los prestadores de salud).
La Medicina Complementaria es muy bien aceptada por parte de la comunidad, por quienes trabajan en los establecimientos de la red asistencial, promovidas en algunos casos, toleradas en otros, y sin resistencia por parte de quienes eventualmente no las aceptan. Por todo esto existe consenso respecto de la necesidad de institucionalizar e integrarla en el actual sistema de salud y sistematizar la práctica de esta medicina integradora, para que la población general pueda acceder y se beneficie de ella.